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martes, 30 de septiembre de 2025

Charla con mi yo de 18 años



Ayer cumplí 41. Me voy a reencontrar con mi yo de 18 en 2002. Para mi yo de 18 yo soy el futuro, por ende, no me puede ver ni me puede percibir como tal. La mejor imagen que puede tener de lo que le voy a decir es como si hablara con su padre.

Yo en cambio ya viví todo este gap de tiempo. Mis sentidos y mi cuerpo físico captaron todo eso. Lo que quiero hacer con esta charla es que mis sentidos se trasladen a ese momento con todo lo trascendido de estos 23 años, como si estuviese consciente en un sueño.

Me gusta el desafío. Lo veo factible solamente porque tengo estos cuadernos donde en aquel momento me sentaba dedicadamente todos los días antes de dormir a plasmar el día en oraciones. 

viernes, 7 de junio de 2024

Aquel amanecer

 

Poco convencional fue mi noche allá en lo alto.  

Mis fuerzas se extinguieron bajo el firmamento repleto de estrellas en la noche más perfecta del mundo: helada, sin nubes y en oscuridad absoluta. Esa noche en el puente, me prestó a las infinitas estrellas para que sean la última imagen que quedara en mi memoria antes de caer rendido. 

sábado, 13 de enero de 2024

La existencia

 

Qué cargadas que vienen las noches, el descanso en general. No puedo dormir bien, me despierto, tengo sueños muy pesados, me gobierna una angustia muy profunda. Luego salgo de la cama, tomo aire y todo se normaliza. Así son varias de mis cortas noches en la semana. Los fines de semana duermo un poco más y ahí los sueños me pasan factura. 

jueves, 11 de enero de 2024

El canuto para los soldados




Esta historia esconde más de lo que cuenta y eso se respiraba en la mesa de Herr Fertig las pocas veces que fue contada ante sus nietos.

Herr Fertig era mi patrón en el campo. Con escasos 9 años, cuarto y único hijo varón de la familia, había huido de la Alemania de post guerra para empezar una nueva vida más pacífica en la otra punta del mundo, en Agote (Argentina). Fiel a su religión -trabajador, inteligente y riguroso- pronto supo hacerse la américa en estas tierras fértiles y despobladas. Tuvo varios hijos que rápidamente se dispersaron por el mundo y en aquel tiempo, mi tiempo en el campo, eran sus nietos los que venían a visitarlo y pasar un verano en su casa. 

martes, 26 de diciembre de 2023

Pudor


Corría el verano del 96 cuando me encontraba en Rosario con mis hermanas visitando a mis abuelos. En aquel momento tenía 12 años y vivíamos en Mercedes.

Con un amigo con quien compartíamos el gusto por las herramientas nos pasábamos toda la tarde en el taller del abuelo cortando y pegando maderas, uniendo machos con tuercas, derritiendo plomadas de pesca y soldando cachivaches con ruedas para las carreras. Una buena tarde, buscando algo en lo alto de una estantería aparecieron unas cajas de sidra llenas de revistas. Había varios ejemplares de la revista Tornería popular y más abajo estaban las otras. 
 
Habíamos descubierto algo. 

domingo, 24 de diciembre de 2023

Varanasi

Om namah shivaya

 

Me desperté en la madrugada con unos cánticos espirituales muy cargados,

olor a incienso,

una pelea de monos en el techo de chapa,

un tanque rebalsándose,

calor.

Un grupo de mujeres cepillaba ropa del otro lado de la pared —de chapa y madera—

Un camaleón traslúcido me miraba desconcertado en línea recta desde el foco de mi cuarto.

India tiene el alma al aire,

te mantiene muy sensible todo el tiempo.

Llegué a Varanasi hace una hora y la ciudad no quiere que duerma. 


Escuchalo en  Spotify

 

 

 

domingo, 20 de agosto de 2023

Charlas en el castillo abandonado

Para celebrar el fin de año me fui al castillo abandonado de San Francisco con los loquitos de la maceta: JN y sus siempre sabios consejos, Riongo y sus alegres payasadas y Joey Passero con su música estridente.
El castillo es una mansión que se terminó de construir en 1930 y nunca tuvo mucha ocupación humana. Funcionó para lo que la habían construido poco tiempo y después dio asilo a los niños sin hogar otro breve período. Los finales, en cada caso, están repletos de historias trágicas, con suculentos banquetes abandonados sobre la mesa o niños endemoniados matando a golpes a sus cuidadores.

La nena del tren

 

Finalmente la había podido ver a Laura. 

Ella estaba ocupada en una reunión en la sala 301, sale y me dice de charlar del tema de mi tesis. Voy corriendo a buscar mi tablet mientras ella terminaba de juntar las cosas y el espacio en ese momento se transfigura, algo que me pasaba a veces en este mundo con consecuencias incomprensibles.

sábado, 27 de noviembre de 2021

Yo

 

 

Mercedino, rosarino, porteño, ciudadano de este mundo.

Un vagabundo que pasó su infancia arriba de una bicicleta buscando recovecos para explorar, arroyos para nadar y lugares para trepar.

Escritor amateur de recorridos y lugares, la mayoría prohibidos o abandonados. 

Me gusta escribir porque es sinónimo de que encontré tranquilidad.

Hago un gran esfuerzo por contar historias reales, pero muchas veces, y sin darme cuenta, empalmo por el camino de la fantasía y se unen a los cuentos personajes de otro mundo. 

Espero que disfrutes estas aventuras.

Carlos Aprile. 



miércoles, 17 de noviembre de 2021

Medallista urbano o corre por tu vida.

 

 

Me terminaba de atar los cordones de las botas número cuarenta y seis y medio en la calurosa tarde del 21 de diciembre cuando a más de 100 kilómetros mis amigos reunidos se preguntaban qué le estará pasando a charlie en este momento.

Me estaba por ir unos días de mochilero y por eso osaba en probarme los borceguís de suela muy dura y felpa muy abrigada en esta época del año.

La avenida Corrientes en la esquina de Pueyrredón explotaba de gente: comerciantes malhumorados por la falta de electricidad, kiosqueros que habían salvado el año vendiendo gaseosas inmersos en la ola de calor, regateadores de precios que entraban y salían de cuanto negocio había, y también estaban los manteros. Los manteros, o como se los quiera llamar, son unos señores de cara muy seria que hablan poco español y venden imitaciones de anteojos usurpando buena parte de las veredas. La gente se detiene a ver qué tienen de nuevo, entorpeciendo aún más el elevado tránsito de fin de año y dándole lugar a los pungas a que se hagan de varios teléfonos y billeteras.

Por esa vereda y con la única intención de recordar cómo era caminar en esas naves espaciales venía yo con mi mochila. 

domingo, 5 de septiembre de 2021

El caño de la 23

En Mercedes, las inundaciones siempre fueron muy frecuentes sobre la calle 23. Nuestra casa quedaba sobre la 23. 

Tal vez esa haya sido la razón de porqué siempre tuve mucha curiosidad por el agua, por dónde se iba, por cómo brotaba por los resumideros los días de lluvia intensa. Las hojas de los techos en otoño, las canaletas, los desagües, la alcantarilla de la esquina, todo un mundo para tener en cuenta apenas se largaba.

Allá por los 90 no entendía eso de la claustrofobia ni del encierro. Era muy niño (y flaco). Estoy haciendo memoria… Tenía la bici Trek (imitación) azul que me habían regalado a los 10, y estaba bastante nueva.

En mi familia, para un niño de esa edad ansioso por salir a la calle la única obligación era terminar con las tareas y volver antes que se hiciera de noche para colaborar con la cena. Y ese era el plan original, hasta que el loco Izzy me avisa con los tres telefonazos que no lo dejaban salir.

Era una hermosa tarde como para quedarse adentro. Y aquí otra historia.

 


domingo, 25 de agosto de 2019

Notitas


En aquel momento estar en la cárcel era distinto. A la cárcel iban todos los guerreros cuando terminaba una contienda a cumplir la condena de valor que había impuesto el Rey que cambió nuestra existencia. Hacía poco había terminado la guerra más grande que tuvo la Argentina y dentro del pabellón 4 del penal de Rauch nos encontrábamos los soldados díscolos que habíamos llevado la batalla al desenlace.

jueves, 2 de enero de 2014

Psicotécnico


¡Heyy! ¿Qué hacés JN?!
Uh, no sabés. Fui preparado para dibujar el tipito bajo la lluvia y no me sirvieron de nada los 4 modelos de paraguas que había practicado. Al final tuve que escribir algo en una hoja.

¿De qué me disfracé? Jaja, justo me acordé del viaje a Misiones y les conté esa historia.
¿Cómo de qué Misiones? ¿No te acordás? Marzo de 2011 ¡Estás viejo JN! Deberías acordarte…

martes, 12 de noviembre de 2013

Tienda

2B. Un viaje imprevisto por los recuerdos de un cerebro delirante. 2013

Una llave, un gorrión, un loco y unos ruidos.
Todo debe ser mezclado en su justa medida para resolver el misterio de un departamento aparentemente deshabitado, un ave de grises vestiduras y aburridos cantos y un impaciente aventurero con su mochila preparada.

2° B. Un viaje imprevisto por los recuerdos de un cerebro delirante


Podés descargarlo gratis (castellano) aquí

O en inglés aquí
 
Jotanenómano. Cuentos. 2024
 
16 cuentos que profundizan las preguntas existenciales de un alma vagabunda, que intentan traer tranquilidad a un ser inquieto y que interactúan con un lector curioso que se anima a preguntar. 
 
 
Podés descargar este nuevo cuento en este link
 
Estos cuentos podés escucharlos en spotify y otras plataformas. 
 
Si querés un ejemplar escribime a aprile.carlos@outlook.com Se envían por correo a todo el país y el exterior ¡Tu consulta es bienvenida!

lunes, 11 de noviembre de 2013

Gajes del oficio

 
Era viernes por la tarde y promediaba una jornada más en la bicicletería del viejo Basualdo. Había vuelto del colegio y como no tenía deberes fui a trabajar un rato antes. Se acercaba el día del niño y la venta de bicicletas estaba en auge.

Hacía menos de un mes había entrado al curso una compañera nueva de la que todos estábamos enamorados. No solamente porque era nueva, que lo nuevo siempre tiene un gustito diferente, sino porque era realmente hermosa. Alta, flaquita, ojitos claros y un pelo rubio espeluznante. Este último detalle era la envidia de todas las demás compañeras que ya la odiaban por la simple rivalidad. Era simpática con lo justo, vestía elegante debajo del guardapolvo blanco, alegre, risueña e inalcanzable para el común de los mortales del que yo me sentía parte.

lunes, 23 de septiembre de 2013

La Llave I: el comienzo


Ese verano junté mis cosas y me fui al Aconcagua. El viaje a la ilusión de la cima de América ocurrió en enero de 2009 y como siempre que la aventura extrema llama, al principio éramos varios pero al final fuimos siendo menos hasta que en la ciudad de Mendoza dejé a mi último compañero en el hospital con un brazo quebrado por una moto. 

Solo, con poco equipo y con el mal de altura en el medio del estómago sabía que no tenía muchas chances de lograr mi objetivo, entonces me dediqué a recorrer minuciosamente la zona baja. Fue así como crucé el puente ferroviario sobre el Río de las Cuevas, gateando por miedo a caer al agua por pisar un durmiente flojo o porque el viento torrencial me volara de mis pasos. También conocí los túneles donde antaño se hacían las recargas de los trenes que seguían para Chile y terminé, como no podía ser diferente, en el cementerio del pueblo bajo una luna gigante. Eran por lo general todas tumbas de escaladores fallecidos. Veía sus fotos y parecían tipos muy rudos, con lo que me iba convenciendo que tenía muy pocas chances de hacer cumbre y bajar vivo.

martes, 17 de septiembre de 2013

El loco Izzy

 
Mis gustos por las cuestiones esotéricas nacieron hace muchos años de la mano de quien me trasladara gran parte de mis actuales locuras: el loco Izzy. En el círculo de compañeros del octavo año era conocido simplemente como “el loco”. Él por aquel entonces tenía bien ganado su apodo, y yo no era más que su discípulo y compañero de “Complemento de Pesas”, una actividad que hacíamos los viernes a la noche en el Polideportivo de Mercedes.

domingo, 15 de septiembre de 2013

Celular


Fue una tarde volviendo en bicicleta de Mercedes a Capital que me perdí a la altura de Morón, y por mi eterna costumbre de no pegar media vuelta, seguí. Seguí pensando retomar el camino más adelante y a diferencia de llegar a la Av. Rivadavia, por donde venía, terminé media hora más tarde en los caminos estrechos de un asentamiento de emergencia. Ese día había hecho más de 70 kilómetros, estaba muerto, el caer de la noche era inminente y ya no tomaba demasiados recaudos. Paré en un camino parecido al de un basural a revisar el mapa, cosa que no había hecho hasta ese momento. Cuando me volví a orientar respirando profundo en desaprobación por los kilómetros que me había desviado, hice una mirada más a mi entorno. Vi unos señores con unos carros desparramando chatarras y cartones, vi a unos nenes corriendo entre los perros y vi mucha basura por todos lados. Pero de la basura, que en varios lados estaba en llamas, lo que me resultó más desagradable fueron los pañales descartables tirados por doquier y largando un olor a plástico nauseabundo que entumecían el ambiente.

martes, 10 de septiembre de 2013

Eterna

Eterna




Me desperté muy temprano,
aturdido por el silencio del sábado.
Afuera siento las gotas,
disolverse en la marquesina de chapa.
Abro los ojos.
Todavía estás ahí, dando vueltas en mi cabeza.
¿Habría sido verdad?
La intensidad hace borrosa
la delgada línea entre lo real y lo abstracto.
En el fondo escucho el silbato.
Pero no quiero salir de la cama.
Tengo miedo.
Miedo que se termine.
Me fuerzo a cerrar los ojos,
 y estás ahí de nuevo,
Difusa.
No hablás, sólo mirás prolijamente.
Intento abrazarte, pero a penas te siento.
Me pregunto conmovido,
¿qué se esconde detrás de ella,
que ni siquiera la lluvia
tiene caricias tan suaves?
El tren ya se va,
pero no quiero irme.
Sé que me aleja.
Junto coraje,
y hago un último intento por abrir los ojos,
Pero oh sorpresa,
Ya los tenía abiertos!
Y todavía seguís ahí,
real, eterna.


Podes escuchar este poema aquí

sábado, 24 de agosto de 2013

Mercedes



Mercedes.
No sé qué hay en tu interior
que me llama cada tanto.
¿Será la fría nostalgia de tus calles de tierra,
el humo peregrino de una fábrica cerrada,
el lejano recuerdo de la ingenuidad adolecente?
¿Será la excusa mínima para huir de tus garras,
las tardes sin final en una vieja bicicleta?
¿Los secretos no contados de mi familia reservada,
mis hermanos, mis amigos,
las mentiras de mi padre o
los silencios de mi madre?
La ciudad crece,
la gente se llena de chatarra,
de sueños cortos,
de miradas bajas.
Hay una respuesta debajo de una piedra,
que quizás esté en un arroyo,
en un camino,
o en un viejo durmiente del Belgrano G.
Lo busco y no lo encuentro.
Todo en la ciudad de mi infancia me es ajeno,
me siento incómodo.
Pienso una y mil veces antes de ir,
aunque este viernes, confundido y engañado,
ya estoy en camino.
Veo tus calles desde la hendija abierta de un furgón oxidado.
Mercedes lejana, otra vez.
Otra vez no sé si lo encontraré.
Otra vez no sé a dónde me lleva este tren;
pero querida Mercedes
quiero ser yo quien llegue.