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martes, 10 de septiembre de 2013

Eterna

Eterna




Me desperté muy temprano,
aturdido por el silencio del sábado.
Afuera siento las gotas,
disolverse en la marquesina de chapa.
Abro los ojos.
Todavía estás ahí, dando vueltas en mi cabeza.
¿Habría sido verdad?
La intensidad hace borrosa
la delgada línea entre lo real y lo abstracto.
En el fondo escucho el silbato.
Pero no quiero salir de la cama.
Tengo miedo.
Miedo que se termine.
Me fuerzo a cerrar los ojos,
 y estás ahí de nuevo,
Difusa.
No hablás, sólo mirás prolijamente.
Intento abrazarte, pero a penas te siento.
Me pregunto conmovido,
¿qué se esconde detrás de ella,
que ni siquiera la lluvia
tiene caricias tan suaves?
El tren ya se va,
pero no quiero irme.
Sé que me aleja.
Junto coraje,
y hago un último intento por abrir los ojos,
Pero oh sorpresa,
Ya los tenía abiertos!
Y todavía seguís ahí,
real, eterna.


Podes escuchar este poema aquí

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