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domingo, 5 de septiembre de 2021

El caño de la 23

En Mercedes, las inundaciones siempre fueron muy frecuentes sobre la calle 23. Nuestra casa quedaba sobre la 23. 

Tal vez esa haya sido la razón de porqué siempre tuve mucha curiosidad por el agua, por dónde se iba, por cómo brotaba por los resumideros los días de lluvia intensa. Las hojas de los techos en otoño, las canaletas, los desagües, la alcantarilla de la esquina, todo un mundo para tener en cuenta apenas se largaba.

Allá por los 90 no entendía eso de la claustrofobia ni del encierro. Era muy niño (y flaco). Estoy haciendo memoria… Tenía la bici Trek (imitación) azul que me habían regalado a los 10, y estaba bastante nueva.

En mi familia, para un niño de esa edad ansioso por salir a la calle la única obligación era terminar con las tareas y volver antes que se hiciera de noche para colaborar con la cena. Y ese era el plan original, hasta que el loco Izzy me avisa con los tres telefonazos que no lo dejaban salir.

Era una hermosa tarde como para quedarse adentro. Y aquí otra historia.